A picture is a secret about a secret, the more it tells you the less you know.
Existen los secretos a voces, los muy-muy oscuros, los que nos avergüenzan, los que por más que queremos ocultar, no lo logramos, los secretos de estado, los fabricados, los ajenos, los que se van a la tumba, los de amor, los de belleza, los de Fátima...
Y también están los secretos compartidos... ésos de los que somos cómplices, ésos que dejan pequeñas señales que solo la persona con quien se comparte el secreto lograría entender... puede ser un número primo, un qubit, un letrero, un escarabajo, un conejo o un símbolo chino... puede ser cualquier cosa... el propósito de la señal es enviar un oculto recordatorio de la satisfacción que produce esa complicidad...
Sucede en ocasiones, más por descuido que por accidente, que hacemos uso de esas señales en un ambiente en el que la parte involucrada en el secreto no tiene acceso... y con esto se pierde por completo el sentido del uso de las pequeñas pistas.
Se pierde la magia de la complicidad y del secreto.
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